«Sólo el 14% del cereal de invierno de Castilla y León se siembra con semilla certificada»

José Ignacio Falces

31 de mayo de 2017

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La finca de Zamaduñas del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León ha sido, por segundo año consecutivo, el lugar elegido para una jornada de campo en la que la citada institución junto a la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales, ANOVE, han presentado, a agricultores de toda la región, los ensayos que son semillas se están llevando a cabo allí.

Pablo Gómez, subdirector de Investigación y Tecnología del ITACyL, como anfitrión del encuentro, ha sido el encargado de presentar las jornadas destacando la importancia de este tipo de encuentro que permite el transferencia de la innovación e investigación que se realiza en este tipo de centros a los profesionales que se dedican a la actividad agraria. «En estos momento, en las 80 hectáreas de Zamadueñas junto a pruebas en otras zonas, se están llevando a cabo más de 40 ensayos, estamos trabajando con 25 casas de semillas a lo que se suman otras siete de abonos y fertilizantes con las que estamos investigando».

Por su parte, Antonio Villarroel, secretario general de ANOVE, ha puesto en valor el trabajo realizado por los obtentores de variedades vegetales, señalando que «la semilla certificada es el insumo básico de los agricultores, es la vía por la que la investigación llega al campo«, aseguró a los cerca de 200 agricultores presentes en el encuentro, «La certificación hace que ese insumo, tan poco valorado en ocasiones, sea controlada por la Administración, en este caso por las comunidades autónomas, lo que provoca que el agricultor cuando la adquiere se asegura una trazabilidad, una calidad determinada, una germinación asegurada, una simiente sin enfermedades…»

José Santos, responsable agrícola de la Unión Regional de Cooperativas de Castilla y León, ha mostrado como en 2011, el uso de semilla certificada en España apenas era del 20% frente a datos de Francia donde supera el 55%, de Italia con el 50% y muy lejos de los suecos donde alcanzando el 80%. «Pero si el 20% era certificada, otro 30% es acodicionada… y ¿el 50% restante?«, se preguntaba este técnico que aseguraba que la situación ha mejora «algo» y en 2015 se ha llegado hasta el 28%, «aunque en Castilla y León sólo el 14% de toda la superficie de cereales de invierno se siembra con semillas certificadas»

«Quizás no hemos sabido transmitir al agricultor las ventajas de la semilla certificada», afirmaba en su intervención, Jorge Llorente, Director General de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias, que destacó la seguridad que ofrece la semilla certificada, en temas como la trazabilidad, por ejemplo, en un mercado global en el que cada vez más se reclama una mayor calidad y seguridad alimentaria a los productos que llegan hasta el consumidor. «La apuesta creciente por la semilla certificada evidencia ese avance hacia la profesionalidad de nuestros agricultores, que buscando un aumento de la rentabilidad de sus explotaciones apuesta por una simiente de calidad que evita muchos problemas posteriores»



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