sequía y competencia desleal amenazan a los productores valencianos

Crisis en la producción de almendras

Agronews Castilla y León

27 de mayo de 2024

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En los últimos quince años, la producción de almendras en la Comunitat Valenciana ha enfrentado una serie de desafíos que amenazan su estabilidad y viabilidad a largo plazo. La combinación de una sequía persistente, un aumento significativo en las importaciones de almendras extranjeras y prácticas comerciales desleales por parte de algunos empresarios locales ha creado una crisis en el sector que requiere atención urgente.

Según las últimas estimaciones de LA UNIÓ, una organización dedicada a la defensa de los agricultores valencianos, la próxima cosecha de almendras en la región experimentará un dramático descenso del 35%, debido principalmente a la falta de lluvias durante los últimos meses. Esta situación se suma a una tendencia preocupante de disminución en la producción, con récords negativos que se han establecido en los últimos años.

Almendras

Las cifras son contundentes: en la campaña pasada, la producción de almendras ya había sido una de las más bajas del siglo, y ahora se espera que la cosecha actual sea incluso peor, marcando un descenso del 35% respecto a la media del periodo 2000/2022. Aunque se destaca la calidad superior de las almendras este año, el volumen de producción sigue siendo insuficiente para satisfacer la demanda local y mantener la rentabilidad de los productores.

Producción de almendras 

Esta situación se ve agravada por el creciente fenómeno de importación de almendras, especialmente procedentes de California, que ha experimentado un aumento del 45% en los últimos quince años. Los precios cada vez más bajos de las almendras importadas están ejerciendo una presión adicional sobre los productores locales, que luchan por competir en un mercado desequilibrado. Además, la calidad de estas almendras extranjeras es cuestionable, con la detección de aflatoxinas, lo que plantea preocupaciones de seguridad alimentaria.

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No obstante, la competencia desleal no proviene únicamente del exterior. Grandes empresarios de la Comunitat Valenciana están exacerbando la situación al priorizar la compra de almendras importadas sobre las producidas localmente. Esta práctica no solo socava la industria local, sino que también contribuye al empobrecimiento de las regiones rurales, donde la producción de almendras desempeña un papel crucial en la economía local.

Ante esta crisis, LA UNIÓ está tomando medidas enérgicas para abordar las múltiples facetas del problema. En primer lugar, está instando a la Conselleria de Agricultura a implementar una serie de medidas de emergencia, incluida una partida económica para la replantación de árboles muertos por la sequía, la revisión de los datos de pluviometría para ampliar el acceso a las ayudas de la PAC y el suministro de agua adicional para salvar los almendros en peligro.

Además, LA UNIÓ está presionando para una revisión de las políticas comerciales que protejan a los productores locales de la competencia desleal y promuevan un mercado más equitativo para las almendras valencianas. Esto incluye la implementación de medidas que desincentiven la importación masiva de almendras extranjeras y fomenten el consumo de productos locales entre los consumidores valencianos.

En última instancia, la crisis en la producción de almendras en la Comunitat Valenciana es un recordatorio contundente de la vulnerabilidad de la industria agrícola frente a factores externos como el clima cambiante y la competencia global. Sin embargo, también es una oportunidad para reevaluar y fortalecer las políticas y prácticas que sustentan esta importante actividad económica, garantizando su sostenibilidad a largo plazo y protegiendo los medios de vida de los agricultores locales.

Además de las medidas propuestas por LA UNIÓ, se requiere una acción coordinada a nivel regional y nacional para abordar los desafíos estructurales que enfrenta el sector de la almendra. Esto incluye la inversión en investigación y desarrollo para mejorar la resistencia de los cultivos a condiciones climáticas extremas, así como el fomento de prácticas agrícolas sostenibles que reduzcan la dependencia de recursos hídricos limitados.

En este sentido, es fundamental establecer alianzas entre el sector público y privado para promover la innovación y la diversificación en la producción de almendras. Esto podría implicar el desarrollo de variedades de almendros más resistentes a la sequía y la introducción de técnicas de cultivo más eficientes en el uso del agua. Asimismo, se podrían explorar oportunidades para la diversificación de cultivos en las regiones afectadas, permitiendo a los agricultores mitigar los riesgos asociados con la dependencia exclusiva de la almendra.

Además, es importante abordar las disparidades en los precios de mercado entre las almendras producidas localmente y las importadas. Esto podría lograrse a través de políticas de etiquetado claro que informen a los consumidores sobre el origen de los productos y su impacto en la economía local. Al promover el consumo de almendras valencianas, se puede crear un mercado más justo y equitativo que recompense los esfuerzos de los productores locales y fomente la sostenibilidad económica en las zonas rurales.

Por último, es esencial sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de apoyar a los productores locales y valorar los productos de proximidad. Esto podría lograrse a través de campañas de concienciación pública que destaquen los beneficios económicos, sociales y ambientales de comprar productos locales. Al fomentar una cultura de consumo responsable, se puede contribuir a fortalecer la resiliencia de la industria agrícola y a preservar el patrimonio agrícola de la Comunitat Valenciana para las generaciones futuras.

En conclusión, la crisis en la producción de almendras en la Comunitat Valenciana es un llamado de atención sobre la urgente necesidad de abordar los desafíos que enfrenta el sector agrícola en un mundo cada vez más globalizado y afectado por el cambio climático. Sin embargo, también es una oportunidad para impulsar la innovación, la colaboración y la solidaridad entre todos los actores involucrados, con el objetivo de construir un futuro más próspero y sostenible para los productores de almendras y para la comunidad en su conjunto.



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