La primavera de 2024 ha sido excepcionalmente cálida en toda España, marcando un hito en los registros climáticos recientes. Según el informe publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), esta primavera se posiciona como la octava más cálida del siglo XXI y la décima desde 1961. Las lluvias, aunque en promedio alcanzaron valores normales, mostraron notables desigualdades geográficas. Se anticipa que el verano será significativamente más cálido de lo normal en toda España, con lluvias probablemente más escasas de lo habitual.
Resumen del informe climático de la primavera de 2024
Temperaturas
La primavera de 2024, comprendida entre el 1 de marzo y el 31 de mayo, registró una temperatura media de 13,1 ºC, lo que supone 0,7 ºC más que el promedio del período de referencia 1991-2020. Esta cifra posiciona a la primavera de 2024 como la octava más cálida del siglo XXI y la décima más cálida desde que comenzaron los registros en 1961. Es notable que ocho de las diez primaveras más cálidas se han registrado desde 2006, lo que resalta una tendencia al calentamiento en las últimas décadas.
Distribución geográfica de las temperaturas
La primavera tuvo un carácter muy cálido en la mayor parte de las regiones mediterráneas, y entre cálido y normal en el resto de la España peninsular. No obstante, se observaron excepciones en algunos puntos del interior de Galicia y del noroeste de Castilla y León, donde fue fría. En las Islas Baleares, la primavera fue muy cálida, mientras que en las Islas Canarias tuvo un carácter muy cálido o extremadamente cálido.
Evolución mensual
Marzo fue un mes cálido, abril muy cálido y mayo presentó temperaturas normales. A lo largo de la estación, los episodios de temperaturas superiores a las normales fueron frecuentes, llegando a superar los 39 ºC a finales de mayo en algunas estaciones de la red principal, estableciendo nuevos récords absolutos de temperatura para la primavera en lugares como Tenerife sur y Tortosa. También se registraron episodios fríos destacados, como el de comienzos de marzo, cuando se produjeron heladas importantes con temperaturas de hasta -4 ºC en capitales de provincia como Burgos y Soria.
Precipitaciones
En términos de precipitaciones, la primavera fue en su conjunto normal, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 189,4 mm, lo que representa el 105 % del valor normal del trimestre en el periodo de referencia 1991-2020. Sin embargo, la distribución de las lluvias fue muy desigual a lo largo del territorio.
Desigualdad geográfica en las precipitaciones
Hubo grandes diferencias en la distribución de las lluvias. La primavera fue extremadamente húmeda en Galicia, la provincia de Girona, gran parte de Andalucía y en puntos de Castilla y León, Castilla-La Mancha y los Pirineos. En contraste, fue seca a muy seca en la mayor parte de la Comunitat Valenciana, llegando a ser extremadamente seca en la provincia de Alicante. También se registraron condiciones secas en la Región de Murcia y Almería, mientras que en los archipiélagos las lluvias tuvieron un carácter normal.
Evolución mensual de las lluvias
Marzo destacó por ser el cuarto más lluvioso del siglo XXI, con el doble de precipitación de lo normal, influenciado por las lluvias asociadas a la borrasca Nelson en la última semana del mes, que coincidieron con la Semana Santa. En cambio, abril fue el cuarto más seco del siglo, con lluvias que solo alcanzaron la mitad de los valores habituales. En mayo, las precipitaciones también quedaron por debajo de lo normal en la mayor parte del país, alcanzando únicamente las dos terceras partes de la media.
Situación de las cuencas hidrográficas
Al finalizar la primavera, las cuencas que vierten al Atlántico habían salido de la sequía meteorológica, pero las cuencas de la vertiente mediterránea, a excepción de la del Ebro, seguían en situación de sequía. A largo plazo, en buena parte de la Península continuaba la sequía de larga duración, considerando las lluvias de los tres años anteriores.
Predicción estacional para el verano de 2024
El trimestre conformado por los meses de julio, agosto y septiembre, coincidiendo aproximadamente con el verano astronómico que comienza el 20 de junio a las 22:51 horas, será muy probablemente más cálido de lo normal en toda España. En la mayor parte de la Península y en Baleares, las temperaturas podrían situarse entre el 20 % de los veranos más cálidos registrados. En cuanto a las precipitaciones, se espera que el trimestre sea más seco de lo habitual, especialmente en el norte de la Península y zonas del interior, aunque este pronóstico debe tomarse con cautela.
En resumen, la primavera de 2024 ha marcado un período de temperaturas elevadas y precipitaciones desiguales, preparando el escenario para un verano que se anticipa aún más cálido y posiblemente más seco de lo habitual. Este patrón subraya la creciente preocupación por el cambio climático y sus impactos en España, destacando la necesidad de estrategias adaptativas y de mitigación para enfrentar estos desafíos climáticos.
