Las bandadas de flamencos y otros animales silvestres impactan negativamente la agricultura local

Los patos y jabalís, una nueva amenaza para los arrozales de la Albufera

Agronews Castilla y León

1 de junio de 2024

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Los patos y jabalís se suman a los daños de los flamencos en los arrozales de la Albufera

En el Parque Natural de la Albufera, las bandadas de flamencos rosas han capturado la atención tanto por su impresionante belleza como por los significativos daños que causan en los campos recién sembrados de arroz. Sin embargo, los flamencos no son los únicos animales que están causando preocupación en el sector agrario. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha alertado sobre los graves perjuicios provocados también por los patos y la creciente presencia de jabalís en los arrozales.

La invasión de los jabalís: un nuevo desafío para los agricultores

La noche pasada, se avistaron y fotografiaron una decena de jabalís en un campo cercano al parque de bomberos de El Saler. José Pascual Fortea, responsable de la sectorial del arroz de AVA-ASAJA, explica que “las piaras de jabalís, que se reproducen rápidamente, están invadiendo los arrozales desde los campos abandonados cercanos y la Dehesa de El Saler. La sequía y los incendios han dejado estos bosques sin suficiente agua y comida, lo que ha llevado a los jabalís a buscar nuevas áreas de alimentación”.

Los daños que los jabalís pueden causar en los cultivos son considerables. Al revolcarse en los campos ya espigados, estos animales provocan la muerte de las plantas y la pérdida de producción en las zonas afectadas. La proliferación de estos animales está directamente relacionada con la falta de recursos en su hábitat natural, lo que los impulsa a desplazarse hacia los cultivos agrícolas en busca de alimento.

Patos y otras aves: una amenaza constante para los arrozales

No solo los jabalís representan un problema para los agricultores. AVA-ASAJA ha denunciado durante años los constantes ataques de patos y otras aves, como el calamón común, sobre los arrozales del parque y los huertos de los municipios adyacentes. En esta campaña, ya se han constatado los primeros daños en varios campos de arroz, obligando a los agricultores a resembrar y asumir costos adicionales significativos.

Estos daños recurrentes generan una carga económica importante para los productores de arroz, quienes se ven obligados a invertir más tiempo y recursos para intentar salvar sus cosechas. Las aves, atraídas por los campos de arroz inundados, encuentran en estos cultivos una fuente de alimento fácil, lo que intensifica el problema.

AVA-ASAJA pide compensaciones económicas

Ante esta situación, AVA-ASAJA insiste en que las administraciones establezcan una línea de compensaciones dirigida a los agricultores, especialmente a los arroceros, para aliviar las pérdidas causadas por la fauna salvaje. Fortea subraya que “si queremos disfrutar de un parque natural en el que convivan fauna y agricultura, la sociedad y la clase política deben reconocer que esto tiene un coste y es necesario compensar económicamente a las personas que más contribuyen a la preservación del paraje y, a su vez, se ven más perjudicadas por esta situación, es decir, los arroceros”.

Las demandas de AVA-ASAJA no son nuevas, pero adquieren una renovada urgencia ante el aumento de los daños causados por la fauna silvestre. La organización agraria argumenta que la coexistencia entre la fauna y la agricultura es posible, pero requiere de un compromiso económico que permita a los agricultores continuar con su labor sin sufrir pérdidas significativas.

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El impacto económico de los daños en los arrozales

Los agricultores de la Albufera enfrentan una doble amenaza: la belleza natural del parque y su fauna, que atraen a turistas y generan ingresos, también está causando pérdidas económicas considerables debido a los daños en los cultivos. Según estimaciones de AVA-ASAJA, los costos de resembrar los campos de arroz afectados pueden superar los 1.500 euros por hectárea, sin contar los ingresos perdidos por la reducción en la producción de arroz.

En los últimos años, los agricultores han reportado un incremento en la frecuencia y severidad de los ataques de la fauna silvestre, lo que ha llevado a algunos a cuestionar la viabilidad económica de continuar cultivando arroz en la región. Además de los costos directos, existen otros costos indirectos asociados, como el tiempo extra invertido en vigilancia y las medidas de mitigación necesarias para proteger los cultivos.

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La respuesta de las administraciones

Hasta ahora, las respuestas de las administraciones han sido insuficientes para abordar de manera efectiva el problema. Los agricultores han recibido algunas compensaciones, pero estas no han cubierto completamente las pérdidas sufridas. AVA-ASAJA aboga por un enfoque más integral que incluya no solo compensaciones económicas, sino también medidas preventivas y de gestión de la fauna que reduzcan el riesgo de daños futuros.

Entre las medidas propuestas se encuentran la implementación de cercas y barreras que impidan el acceso de los jabalís a los campos de arroz, así como la creación de zonas de alimentación alternativa para las aves en áreas alejadas de los cultivos. Estas medidas, combinadas con una compensación justa, podrían ayudar a equilibrar la coexistencia entre la agricultura y la fauna silvestre en la Albufera.

El futuro de la agricultura en la Albufera

La situación en la Albufera es un ejemplo de los desafíos que enfrentan los agricultores en áreas protegidas y parques naturales. La coexistencia entre la fauna y la agricultura es un objetivo deseable, pero requiere de un esfuerzo concertado por parte de todos los actores involucrados. Los agricultores, como custodios del paisaje y proveedores de alimentos, necesitan el apoyo de la sociedad y las administraciones para continuar con su labor de manera sostenible.

En conclusión, los daños causados por los flamencos, patos y jabalís en los arrozales de la Albufera subrayan la necesidad de encontrar soluciones que permitan una coexistencia armoniosa entre la naturaleza y la agricultura. Las compensaciones económicas, junto con medidas preventivas y de gestión, son esenciales para asegurar que los agricultores puedan seguir cultivando arroz en esta región única, preservando tanto su sustento como el valioso ecosistema del parque natural.

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