Rodrigo Gil Abascal es titular de una explotación dedicada al cultivo de trigo, cebada y alfalfa en Dueñas (Palencia). Considera que la agricultura necesita que las ayudas se destinen más a políticas de I+D, lo que permitiría una mejora genética de las variedades así como la implementación de técnicas de cultivo más productivas. Junto a ello, Rodrigo cree en la importancia de unirse para hacer fuerza y negociar de forma más justa con las empresas y multinacionales de la alimentación. Todo esto traería consigo una agricultura más moderna y competente, en definitiva, una agricultura con futuro.
¿Cómo es su explotación y su trabajo habitual?
La explotación tiene 300 hectáreas dedicadas a alfalfa en regadío, así como trigo y cebada en régimen de secano. Una parte de la explotación es herencia familiar, otra comprada y una última parte, muy pequeña, está en régimen de arrendamiento. Además, compagino mis labores en la explotación con un trabajo a media jornada como técnico agrario en UPA, pues soy ingeniero agrónomo. Hice la incorporación al sector y puedo trabajar fuera de la explotación 960 horas al año, que equivale a una media jornada.
¿Cuál es la situación actual de los sectores en los que desarrolla su actividad?
La agricultura puede ser un sector competente por él mismo, sin ayudas, aunque parezca utópico. Pero es necesario un apoyo real de la Administración, porque ahora, con los planes de mejora que se están haciendo, en realidad no se está apoyando al sector, se está haciendo un rescate a los concesionarios dedicados a la venta de maquinaria agrícola, que es realmente lo que la Administración fomenta, porque concede ese dinero a los agricultores para que lo gasten en maquinaria, por lo que simplemente somos una moneda de cambio. Y lo que me gustaría es que ese dinero estuviera destinado a algo que favorezca verdaderamente al sector, como puede ser I+D, que es algo importante en la agricultura. Sería necesario que la Administración invirtiese dinero para investigar en el sector del cereal, obteniendo variedades genéticas más fuertes y productivas, investigando en abonos, formas de cultivo, etcétera, algo que, por ejemplo, sí se está haciendo en otros sectores, como el de la remolacha.
Rodrigo Gil Abascal, en su explotación en Palencia
¿Qué medidas o reformas considera necesarias para mejorar los sectores en los que trabaja?
Creo que es básico juntarnos todos para hacer fuerza, poder negociar unidos con las empresas, hacer más presión en momentos de crisis. Hacer una cooperativa a nivel nacional, que aglutine a las cooperativas más pequeñas, con una mayor capacidad de negociación. Es fundamental también primar al agricultor que trabaja realmente la tierra.
Es decir, que la PAC la cobre solo aquel que trabaje la tierra, los agricultores a título principal, y no los jubilados, aquellas personas que se dedican a especular con la tierra, ni los que solo la trabajan los fines de semana para sacarse un sobresueldo.
¿Considera suficientes las ayudas que reciben los agricultores y los ganaderos?
Recibo ayudas de la PAC como agricultor activo por los tres cultivos. En todo caso, si los productos tuvieran el precio real de mercado que deberían tener, sobrarían las ayudas.
Es una situación ideal pero, de momento, imposible, y por eso las ayudas vienen a cubrir esa diferencia entre el precio real que ahora tienen los productos y el precio ideal que deberían tener.
¿La situación actual de su explotación le permite afrontar el futuro con optimismo?
Si pensara que no tiene futuro me estaría dedicando a otra cosa. Creo que la agricultura tiene futuro, que el campo puede ser un sector competente. Siempre luchando porque la explotación sea mejor, más moderna. Hay que seguir manteniendo al pequeño agricultor, pero unidos para contrarrestar la presión a la que nos someten diariamente las grandes multinacionales.
Ello requiere un cambio ideológico que tiene que empezar por nosotros mismos, los agricultores, y hacérselo ver a las nuevas incorporaciones, a los sindicatos, a la Administración y a las multinacionales de la alimentación.
