«La Agroecología, ha pasado de ser una ciencia emergente que proporciona un marco para diseñar modelos sostenibles de producción de alimentos, para convertirse en una manera de entender la producción y distribución de los alimentos más racional y equitativa. Ya no estamos hablando de una propuesta académica para analizar los agrosistemas productivos, sino que además son la aplicación de unas prácticas agroecológicas para conservar el suelo, mejorar la biodiversidad y el adaptarse al cambio climático, con manejo adecuado de cultivos y animales, que está siendo promovidas y apoyados por los movimientos sociales (ambientalistas, consumidores, etc.), que pretende modificar estilos de vida y las actuales de intercambio y regulación del mercado.»
Estas son las conclusiones más destacadas del XII Congreso de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), presentadas por Aina Calafat, Jesús Ochoa y Pilar Galindo, integrantes de su Junta Directiva, en la charla titulada “SEAE, agricultores, movimientos sociales y de consumo agroecológicos: nuevos retos de futuro”, que ha ofrecido al público asistente a la Feria Biocultura este sábado en IFEMA en Madrid.
Además de producir alimentos sanos y saludables, hoy en día se deben impulsar modelos productivos de alimentos innovadores más justos para la gente y todos los actores de la cadena agroalimentaria y que además puedan afrontar los grandes retos que se nos presentan a la Humanidad en este siglo, tales como la mitigación del cambio climático, la erosión de los suelos, la escasez de agua o la pérdida de biodiversidad. No se trata de producir alimentos de calidad para unos pocos con elevado poder adquisitivo, sino de preservar la salud del planeta, de los suelos y de las personas.
La presentación, que ha resumido las conclusiones que se alcanzaron en el XII Congreso SEAE celebrado el pasado septiembre en Lugo, ha reflejado también la necesidad de que el nuevo reglamento europeo de agricultura ecológica, incorpore aspectos medioambientales e incluso sociales y fortalezca la integración de los pequeños agricultores con la certificación de grupos y, en el futuro a medio plazo, los sistemas participativos de garantía (SPG). Sobre el cambio climático, innovación e investigación, desde SEAE demanda más apoyo para atender las necesidades reales de los agricultores.
Además, se ha destacado el doble reto de la agricultura y la ganadería ante el cambio climático: adaptarse a las condiciones cambiantes (limitación de agua, incremento de fenómenos extremos) y colaborar en la mitigación/adaptación, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y actuando como sumidero de carbono.
España está a la cabeza de Europa en cuanto a superficie de Agricultura ecológica pero consume pocos alimentos y este es un reto y una situación a mejorar. La agricultura ecológica tiene ventaja en estos dos aspectos, ya que en general construye sistemas más resilientes, reduce emisiones, al reducir insumos de alto coste energético, al tiempo que supone un mayor secuestro de carbono, principalmente por el incremento de materia orgánica en el suelo.
