Año de nieves año de bienes. Así arrancó este 2015 que está a punto de finalizar con precipitaciones hasta mediados de febreros de manera elevada. Eso permitió que se almacenase una importante reserva hídrica que abasteció de agua a toda Castilla y León en los meses posteriores, más secos de lo habitual. Pero este invierno no parece que vaya a ser igual.
Según ha anunciado el jefe de predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología, Juan Pablo Álvarez, el 2016 va a arrancar con menos precipitaciones lluviosas de lo normal -una tónica habitual en los meses fríos- pero también con menos nevadas que se acumularán en zonas altas mientras que a pie de tierra, las temperaturas serán algo más elevadas de lo que estamos acostumbrados -en este mes de diciembre se encuentran en los 13,3 ºC de media hasta ahora-.
Para el invierno, menos nieves y menos chubascos
Para las próximas semanas la situación continuará similar, menos lluvias de lo habitual aunque, eso sí, vientos y precipitaciones fuertes en la zona sur de Salamanca y Zamora que podrían ocasionar perjuicios para los trabajadores del campo: De cara al invierno, poca cosa: “En enero, febrero y marzo va a suceder igual que durante todo el otoño, elevadas temperaturas aunque sí que se prevé unas precipitaciones superiores en el noroeste” apostilla Álvarez.
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Precisamente la lluvia es uno de los asuntos que más preocupa ahora a los agricultores de la región quienes miran al cielo esperando recuperar algo de agua para sus cultivos. Pero, según parece las lluvias serán muy poco probables en estos meses de frío: “El año pasado nevó de forma importante, recogiéndose en la Pernía hasta 3 metros y eso ayudó a que a nivel hídrico, que no meteorológico, se compensasen las cantidades anuales, pero este año al menos por el momento, se prevé que lo único blanco que se pueda ver sea la escarcha de los días de helada”.
15 por ciento menos de lluvias este otoño, uno de los más secos
En Castilla y León quienes más sufrirán este periodo de sequía será toda la zona oeste de la comunidad, desde La Moraña en Ávila a Salamanca, Sur de Zamora y Suroeste de Valladolid. Este invierno encadena con un otoño ya seco, un 15 por ciento menos de lo habitual -el más seco junto con 2014 con 343 metros cuadrados registrados-, sobre todo en Ávila donde las tierras han acusado mucho las casi inexistentes lluvias, mientras que en el Noroeste, sobre todo zonas de alta montaña en León, el balance ha sido más húmedo.
Aún así, desde la AEMET si han observado en los últimos 30 años una tendencia a la sequía y un descenso de las nevadas importante en toda la zona de Ávila, Soria y Sureste de Valladolid y de las precipitaciones en general en el Noreste. Y de cara a lo que llega, similar en cuanto a temperatura, pero sin seguridad en los chubascos: “Las olas de calor van a ser más comunes y los inviernos menos fríos, es lo único que tenemos asegurado” ha zanjado Álvarez.
