Las ayudas para la incorporación de jóvenes a la actividad agrícola, tienen como función apoyar el inicio de la actividad profesional de los jóvenes que apuestan su futuro profesional en la agricultura o la ganadería. Esta es una subvención esencial para el sector y más, aseguran desde el Sindicato Labrego Galego, si se analia, según los últimos datos estadísticos publicados, correspondientes a 2013 para Galicia, que el 60% de los profesionales han superado los 60 años de edad, el 35% tenía entre 40 y 60 años y sólo el 5% eran menores de 40 años.
Sin embargo, lo que debería ser un estímulo para apoyar la incorporación de los jóvenes a la agricultura, se ha convertido en una forma de «impuesto burocrático», pues los beneficiarios deben hacer frente a los impuestos excesivos que ocasionan incluso la pérdida de hasta un tercio de la ayuda recibida. Y encima, estos abusos se ven agravados con una disparidad de criterios en la aplicación de los impuestos que genera situaciones reales de desigualdad de trato. De hecho, hay casos en los que estas subvenciones fueron tratadas como ayuda y en otros como ganancia de capital. Hay, afirman desde el SLG ejemplos reales de jóvenes que cobraron en 2014, 22.000 euros subvención a que, al ser consideradas como ganancias de capital, teniendo el mismo trato que los premios de lotería, por ejemplo, tuvieron que abonar en impuestos entre 5.000 a 6.000 €. Con el agravante de que se trata de una ayuda aprobada en 2014, la Agencia Tributaria obligó a pagar impuestos sobre la renta en ese año, cuando el cobro efectivo de la ayuda fue en 2015.
El Sindicato Labrego Galego reclama que este ayudas estén exentos de impuestos y, como medida transitoria, mientras no se regula la exención, reclaman que se unifiquen la aplicación de esos impuestos.
