Asaja Málaga se ha involucrado de lleno en la difícil tarea de contribuir al relevo generacional en el campo malagueño. Hace un año, apenas había jóvenes con ganas de emprender y en tan sólo unos meses, 155 menores de 40 años han solicitado las ayudas que Europa ha puesto en marcha para frenar el alarmante envejecimiento del sector primario. Estos jóvenes se reunieron ayer en Antequera en unas jornadas que han contado con el apoyo de la Diputación malagueña.
El programa fue muy amplio y tras horas de intenso debate, los asistentes compartieron un denominador común. “Ser joven agricultor es un reto difícil, pero que merece sobradamente la pena”.
Paola del Castillo, presidenta nacional de Asaja Joven, se trasladó a Málaga y ofreció a los jóvenes un mensaje esperanzador y los animó a convertirse en auténticos empresarios agrícolas. Del Castillo reconoció que los jóvenes que quieren dedicarse a la agricultura y la ganadería se encuentran con decenas de obstáculos en el camino, dificultades que bien gestionadas se pueden convertir en retos.
Para la presidenta de Asaja Joven hay tres pilares fundamentales sobre los que se debe avanzar para que el relevo generacional sea una realidad: facilitar el acceso a la financiación, a la tierra y a la formación. Tres aspectos claves que se deben acompasar con una Administración más ágil y eficaz.
También dijo que existen numerosos programas europeos de intercambio para jóvenes agricultores, los animó a dominar idiomas, manejar redes sociales, familiarizarse con las app y, en definitiva, a salir de ese ritmo lento del campo tradicional para convertirse en un sector moderno y rentable.
Por su parte, Natalia Sánchez, vicepresidenta de la CEM, se pronunció en un sentido parecido: “El campo malagueño tiene un potencial extraordinario, los jóvenes tienen que prepararse, reinventarse y anticiparse a las necesidades del mercado”.
Natalia Sánchez recordó que España es el país europeo con la tasa más alta de paro juvenil, un escalofriante 53%. Un 17% de los jóvenes, añadió, ni trabajan ni estudian. Por todo ello, animó a los jóvenes a que vean una oportunidad en el campo malagueño, donde, recalcó, se producen productos de una calidad extraordinaria y que son muy reconocidos fuera de nuestras fronteras, tanto que el agro ha sido el revulsivo de las exportaciones en nuestra provincia en los años más duros de la crisis.
Luis Méndez, técnico de Asaja Málaga, animó como no podía ser de otra manera a los asistentes a involucrarse en proyectos empresariales desde la formación y la competitividad. El perfil del joven agricultor malagueño ha cambiado mucho en los últimos tiempos, estamos ante jóvenes muy preparados que reconocen que hoy día es tan importante tener un ojo en el campo como en los miles de papeles que la actividad agraria genera.
Méndez insistió en que los jóvenes reclaman precios justos y un mercado estable en que el poder defender sus productos, pero reconoció que en la agricultura actual las ayudas son necesarias para poder ser competitivos. En este sentido, recordó que hoy día existen cuatro tipos de ayudas a la que pueden acceder los jóvenes que deseen iniciar una actividad agraria: ayudas para la instalación de jóvenes, pagos para jóvenes agricultores, acceso a la Reserva Nacional y planes de mejora.
