Quedan algo menos de tres meses para que termine el año, pero ya se conoce que 2023 dejará un nuevo récord de indemnizaciones, con una estimación que, a nivel nacional, ya supera los 1.150 millones de euros. La sequía sufrida durante este año y que ha afectado fundamentalmente a los cultivos herbáceos, es la principal responsable de la elevada siniestralidad, afirman desde Agroseguro, con una estimación para esta línea de seguro que se sitúa en 468 millones de euros. En esta cifra se incluye también lo correspondiente a los daños ocasionados por otros riesgos que también hemos registrado este año como el pedrisco, la fauna o la no nascencia, entre otros. La superficie total reclamada por sequía asciende a 2,1 millones de hectáreas. También son elevados los daños que han sufrido a lo largo del año otras producciones como los frutales, con una estimación de 100 millones de euros; la uva de vino, con 106 millones; los cítricos con cerca de 60 millones y el ajo con más de 30 millones. Y es que 2023, además de sequía ha vuelto a dejarnos heladas primaverales (por fortuna, menos severas que las de 2022); durante los meses de mayo y junio, importantes precipitaciones (que contribuyeron a aliviar ligeramente la situación de sequía de algunos cultivos) y tormentas de pedrisco y reiteradas DANAs en el mes de septiembre que han elevado el volumen de las indemnizaciones.
CASTILLA Y LEON
Por su parte, la situación de Castilla y León para el sector productor no deja de ser un reflejo de lo vivido este año a nivel nacional. Como principal zona productora de cultivos herbáceos del país, es la región que acumula los mayores daños para este seguro. Lo cierto es que las consecuencias de la sequía podrían haber resultado todavía más severas, ya que, hay que recordar que, algunas zonas de producción más tardías de esta Comunidad se pudieron beneficiar de las lluvias de mayo y junio y por lo tanto amortiguar algo el siniestro. Por el contrario, allí donde la lluvia vino acompañada de pedrisco no hizo más que agravar la situación. Al final, las indemnizaciones para este seguro alcanzarán, afirman fuentes de Agroseguro, los 185 millones de euros, por daños en 1,2 millones de hectáreas, es decir, la mitad de lo reclamado a nivel nacional. La mayor parte de los siniestros se deben a la sequía. A continuación, la uva de vino acumula indemnizaciones superiores a los 20 millones de euros, fundamentalmente por las heladas ocurridas en los primeros días de los meses de abril y mayo que afectaron a importantes zonas productoras de la región. También sufrieron daños por las tormentas de ocurridas en los meses de mayo y junio. Por su parte, los seguros pecuarios acumulan indemnizaciones superiores a los 16 millones de euros. En definitiva, en Castilla y León el año cerrará con indemnizaciones superiores a los 220 millones de euros.
Comienza ahora el periodo para contratar los seguros que protegen a los principales cultivos de la región
El pasado 1 de septiembre comenzó el plazo para suscribir el seguro de importantes producciones agrícolas. Una de las más relevantes para Castilla y León, subrayan desde Agroseguro, es la de cultivos herbáceos extensivos, con la que ahora se asegura la cosecha 2024 de producciones como el trigo, la cebada, la avena, el centeno, el arroz, el girasol, el maíz, el garbanzo, la lenteja o la judía, entre otros cultivos, a través de los módulos 1 y 2 en secano, opciones de aseguramiento que incluyen los riesgos de sequía, asurado, pedrisco, no nascencia, no implantación, incendio o fauna entre sus coberturas, este año con novedades de interés para el agricultor. Además, y tal y como se viene haciendo en los últimos años, aquellos productores que hayan contratado los módulos 1 o 2 en secano en el plan anterior y vuelvan a suscribir estos módulos en el plan 2023 (cosecha 2024) hasta el 15 de noviembre para el resto de cultivos en Castilla y León, obtendrán una bonificación del 5%.
Desde el mismo día se pueden contratar también los seguros de frutos secos (almendro y avellano) frente a los riesgos de pedrisco, helada, sequía y riesgos excepcionales (lluvia, inundaciones, incendios o viento), que para este plan incluye novedades que continúan acercando este producto a las necesidades de los productores y sus explotaciones. O el de olivar, los módulos de otoño (módulos 1 y 2) permiten contratar dos cosechas consecutivas para proteger las explotaciones olivareras frente a daños por sequía, pedrisco, lluvia, helada, viento o incendio, entre otros riesgos.
Ante la situación climática actual, en la que los fenómenos meteorológicos adversos son cada vez más extremos y, además, más habituales, el seguro agrario es una herramienta clave para la gestión de riesgos con la cuentan los agricultores, que da una respuesta ágil, eficaz y solvente a los aseguraros, tal como se demuestra en años como el actual.
