El futuro del sector porcino, avícola y cunícola de Castilla y León está bajo amenaza debido a una propuesta de revisión de la normativa de bienestar animal que está siendo debatida por la Comisión Europea. Según la Alianza UPA-COAG, la imposición de normas más restrictivas tendría un impacto significativo y costoso para miles de explotaciones en la comunidad autónoma.
Entre las recomendaciones presentadas, se plantea reducir drásticamente la densidad de población de pollos de engorde, lo que podría implicar una reducción del 70% en el número de aves en las granjas. Esta propuesta ha generado rechazo y preocupación entre los ganaderos, quienes ven en estas medidas una amenaza directa a su economía y a los consumidores.
«Las restricciones propuestas podrían obligar a realizar inversiones astronómicas por parte de los ganaderos, quienes aún no se han recuperado por completo de los préstamos adquiridos para cumplir con las normativas anteriores a 2012″, señala la Alianza UPA-COAG. Además, advierten que la aplicación de estas medidas extremas podría resultar en el cierre de pequeñas y medianas empresas en las zonas rurales, perdiendo competitividad y aumentando las importaciones.
Las implicaciones no se detienen ahí: estas restricciones podrían impactar en el consumidor final, generando un aumento masivo en los precios de la carne. La carne de porcino, pollo o conejo podría transformarse en un artículo de lujo, dificultando el acceso a productos básicos para la alimentación.
Preocupación por el bienestar animal
El número de explotaciones porcinas, avícolas y cunícolas en Castilla y León asciende a miles, y cualquier cambio drástico en las regulaciones podría desencadenar un colapso económico para estos ganaderos. La Alianza UPA-COAG llama la atención sobre la urgencia de revisar estas propuestas y considerar un enfoque más equilibrado que no ponga en riesgo la economía del sector ganadero y el acceso a alimentos básicos para los consumidores.
La propuesta de revisión de la normativa también ha generado preocupaciones en torno a las diferencias legislativas entre Europa y otros continentes. Las prácticas de competencia desleal podrían surgir, especialmente con países de Sudamérica, lo que agravaría aún más la situación del mercado europeo. Los temores se centran en la posibilidad de desencadenar una competencia injusta que dañaría la economía de la región, desafiando la competitividad de los productores locales y propiciando una apertura a prácticas menos éticas en el sector ganadero.
La normativa propuesta, si se implementa, podría conducir a un colapso en el sector ganadero, afectando no solo a los agricultores y ganaderos, sino también a las pequeñas empresas rurales. El cierre de estas empresas podría tener un impacto social y económico significativo en las comunidades rurales, exacerbando la pérdida de empleo y acentuando las dificultades económicas ya existentes en estas áreas.
La Alianza UPA-COAG está en proceso de intensificar sus esfuerzos de sensibilización y acción, instando a las autoridades pertinentes a reconsiderar estas medidas y buscar alternativas equilibradas. También han subrayado la necesidad de que se preste mayor atención al bienestar animal sin desestabilizar la economía ganadera y la seguridad alimentaria. El llamado es a una revisión cuidadosa y equitativa de las regulaciones, en aras de proteger tanto a los productores como a los consumidores, garantizando el equilibrio entre el bienestar animal y la sostenibilidad del sector ganadero.
La Alianza UPA-COAG enfatiza la importancia de establecer un diálogo y cooperación más estrechos entre las autoridades y los actores del sector ganadero. Buscan una revisión y discusión abierta que considere no solo los aspectos relacionados con el bienestar animal, sino también las complejidades económicas y logísticas que enfrentan los agricultores y las empresas del sector.
De no reevaluarse adecuadamente, esta propuesta europea de bienestar animal podría resultar en una pérdida general de la identidad y la tradición del sector ganadero en Castilla y León. La región, conocida por su rica historia agrícola y ganadera, corre el riesgo de ver mermada su producción y la calidad de sus productos, lo que podría desestabilizar tanto el mercado interno como las exportaciones a nivel global, poniendo en peligro un legado cultural arraigado en la región.
