Los Socios de la cooperativa vallisoletana percibirán un ingreso mínimo de 71 euros por tonelada

ACOR inicia la cosecha 23/24 en la que espera molturar 1,1 millones de toneladas de remolacha, un 50% más que en la previa

Agronews Castilla y León

18 de octubre de 2023

transportistas

La Cooperativa vallisoletana ACOR ha abierto, días atrás, las puertas de la molturadora de Olmedo para iniciar la campaña de entregas 2023/2024 en las que se esperan procesar más de 1,1 millones de toneladas de remolacha de las 10.000 hectáreas contratadas que suponen un aumento del 50% sobre los datos de la previa.

Pese a que las ligeras lluvias caídas estos días podrían haber perjudicado ese inicio, fuentes de la entidad ha asegurado que «incluso han favorecido las labores y que en las pasadas semanas ya se han sacado más de 100.000 toneladas para abastecer la fábrica.»

Recepcion de remolacha en la fabrica de ACOR en el primer dia de campana 181023Por provincias Valladolid, con 3.100 hectáreas es la tiene más superficie sembrada, seguida de Ávila y Burgos con más de 1.200 hectáreas cada uno. Sin embargo, León con 1.000 y Palencia con 800 hectáreas fueron las que más incrementaron este cultivo. Además, se han sumado más de 40 nuevos socios de Álava, que han contratado cerca de 500 hectáreas.

Ingreso mínimo garantizado

La Cooperativa comenzó la contratación de la campaña de remolacha 2023-24 con un ingreso mínimo garantizado de 71 euros por tonelada para las entregas contratadas. Esta medida garantiza un precio para que la remolacha siga siendo el cultivo estrella del regadío.  71 euros por tonelada generan unos ingresos brutos de entre 7.100 euros/hectárea y 8.290 euros/hectárea, incluyendo las ayudas, con una producción entre 100-120 t/ha. De esos  71 euros, 11,5 euros corresponden a ayudas (PAC y PDR) y el resto, 59,5 euros son las aportaciones de ACOR. De este montante económico, 10 euros constituyen la llamada  prima de compromiso, que el socio cobrará si vuelve a contratar el mismo número de hectáreas para el próximo año.

En este nuevo periodo PAC, la remolacha va a contar con una nueva ayuda agroambiental cuyos puntos clave son:

  • Un nuevo importe unitario de la prima PDR: 500 euros/hectárea;
  • Prohibición de repetir el cultivo de remolacha dos años seguidos en la misma parcela;
  • Incluir en el plan anual cultivos de regadío diferentes a la remolacha de al menos el 20% respecto al total de regadío de la explotación;
  • Establecer un sistema de gestión de insumos de agua de manera planificada e informatizada para reducir el consumo un 4% anual respecto a las recomendaciones de riego que final del contrato debe lograrse una reducción del 20%;
  • Articular un «plan» de gestión de fertilizantes informatizado para que al final del contrato se alcance una reducción del 15% .

Además, hay que tener en cuenta que el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) ha publicado el importe provisional unitario que corresponderá a los cultivadores de remolacha azucarera en la campaña PAC del año 2023 .La ayuda unitaria provisional se ha fijado en 541€/ha en lugar de los 841,32 euros/ha de la campaña pasada, esta diferencia no afectará a los socios de ACOR ya que ese diferencial será asumido por la Cooperativa.

Principios agronómicos

Recuerdan desde ACOR que, la 2023/2024, es la primera campaña sin neonicotinoides,  comenzando por ese motivo con la gran incertidumbre de saber lo que pasaría al tener que prescindir de una valiosa herramienta que había acompañado al cultivo desde hace décadas. Señalar que es, mejor decir era, un tratamiento en semilla que protegía de las plagas más importantes en los primeros estadios de la remolacha hasta el punto de que, los más jóvenes en el sector ni siquiera habían visto un ataque de pulguilla o una gran incidencia de amarillez virótica.

Gracias a la rápida actuación del sector al pedir el uso de insecticidas sistémicos que pudieran actuar contra esas plagas y al Ministerio de Agricultura por acelerar los trámites para su autorización, se consiguió contar con una cartera de tres materias activas más, autorizadas solo de forma excepcional, Acetamiprid, Flonicamida y Spirotetramat. El Servicio Agronómico y de Cultivos de ACOR difundió información entre sus socios para que estuvieran atentos en la identificación de las plagas y conocieran las soluciones y formas de actuar propuestas.

Pulguilla y pulgones

Entre las plagas referidas, la incertidumbre se centró en los posibles daños de pulguilla y de los pulgones, ya que el gusano de alambre, en principio, tendría cierto control con el tratamiento de Force, que casi todas las semillas siguen teniendo y así pareció ocurrir, observándose algunos ataques más fuertes que sí tuvieron que ser tratados con insecticidas.

Poco después de la nascencia de muchas de las parcelas, fueron numerosos los ataques de pulguilla que se fueron sucediendo, debiendo tener al socio muy pendiente de sus parcelas y realizar los tratamientos como se estaba recomendando. Afortunadamente y no sin poco trabajo y aplicaciones, la pulguilla fue siendo controlada.

El pulgón es la plaga que más incertidumbre creaba, ya que el mayor daño producido por las picaduras de estos insectos es la trasmisión del virus de la amarillez, siendo este un gran problema al verse su sintomatología semanas después de su transmisión y pudiendo llegar a mermar mucho tanto la producción, como la calidad de una parcela.

Para esta plaga, nuevamente el Servicio Agronómico estuvo rápido en sus actuaciones realizando un seguimiento de puntos de control, donde semanalmente se realizaban conteos de los pulgones caídos en sus trampas y realizando avisos a los remolacheros para un control más eficaz. Aparentemente y por la incidencia visual de la aparición de amarillez, este seguimiento y recomendaciones de control han sido efectivas, siendo al final de la campaña cuando se realizaron los últimos controles con análisis exhaustivo del virus.

Las heladas de finales de abril ocasionaron daños importantes, en menor medida que en la campaña anterior, pero que implicaron resembrar unas 500 hectáreas.

Este año, la cercospora hizo su aparición en la zona norte en fechas más tempranas de las habituales y con una mayor agresividad. Esta enfermedad afecta a todas las zonas remolacheras cuando la humedad y las condiciones climáticas son óptimas para su desarrollo.

El mes de septiembre ha venido acompañado de precipitaciones en forma de tormenta lo que ha beneficiado al desarrollo del cultivo, como demuestran las muestras analizadas con respecto a la campaña pasada.



Share This