«La PAC debe responder a las crisis pero no con ayudas excepcionales» José Luis Antuña, Cooperativas Agroalimentarias

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José Luis Antuña Álvarez es director general de Feiraco S. Coop, desde 2005 y consejero delegado de ACOLAT (Clesa) desde 2013. Técnico Superior en Ciencias de la empresa por la Universidad de Oviedo y MBA por la Escuela Europea de Negocios. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el sector lácteo, desde que en 1985 se incorporara al área comercial de Central Lechera Asturiana SAT. Con la constitución en 1997 de Corporación Alimentaria Peñasanta S.A. (CAPSA), asume la dirección comercial y posteriormente la dirección general de la empresa láctea asturiana.

Llegó a Feiraco en 2005, para implantar un plan de viabilidad que garantizara el futuro de la cooperativa.

Fundador del Clúster Alimentario de Galicia y presidente hasta julio 2015. Secretario de la Organización Interprofesional Láctea de España, INLAC, entidad de la que fue presidente hasta junio de 2014. Miembro del Consejo de Expertos en el Campus Terra de Lugo de la Universidad de Santiago.

El sector lácteo está sufriendo una grave crisis tras la desaparición del régimen de cuotas hace ya más de un año, con los precios muy bajos y con problemas de recogida en las granjas por parte de la industria. Por otra parte, hay Comunidades donde la caída de precios es menos acentuada y que coincide con zonas donde el principal comprador es una cooperativa. ¿Qué papel tienen las cooperativas en el sector del Vacuno de Leche? ¿qué objetivos se plantean a corto y largo plazo?

La actual crisis del sector lácteo es prolongada y profunda, pero sus causas no son exclusivas de la desaparición del régimen de cuotas, recuerde que los precios internacionales alcanzaron su techo en noviembre de 2013 y desde 2014 fueron cayendo. El entorno de precios bajos eran previsible cuando se produce el fin de las cuotas, una decisión que se conocía desde el lejano 2002, ya en 2006 se modifica la PAC y en 2009 tenemos una crisis también, es cuando se crea en Bruselas el “grupo de alto nivel” que estudia las causas de los problemas cíclicos de la leche, de donde procede el desarrollo de herramientas como “el paquete lácteo”.

A la caída de precios cíclica iniciada tras el techo de 2013, se sumó en agosto de 2014 el bloqueo de Rusia y en 2015 el descenso de compras de China y la liberalización de las cuotas, lo que ha agravado la crisis pero no ha sido el único factor. La respuesta de toda Europa, incrementar la producción, en un contexto además de disminución del consumo interno, añadió lo que faltaba para una tormenta perfecta.

El papel vertebrador y generador de valor de las cooperativas en el sector lácteo está de sobra acreditado a nivel mundial. Los ranking manifiestan que entre los primeros grupos internacionales hay muchas cooperativas. Son cooperativas integradoras de la producción, la industria y la comercialización, caracterizadas básicamente por tener una dimensión suficiente como para ser un actor principal en su mercado de origen; muy innovadoras, que apuestan por la transferencia del conocimiento desde los centros tecnológicos y universidades a la producción e industrialización de la leche y derivados; e internacionalizadas, que se adaptan a la demanda de los distintos mercados y culturas.

Como ejemplo diré que en entornos regionales donde hay una cooperativa dominante, con capacidad de influir sobre el mercado, la diferencia de precios medios históricos es significativa. En Galicia, sin embargo, no ocurre así, no hay una estructura cooperativa que influya sobre el mercado, sumado a que comercializamos el 30% de la leche en cisternas y que el alejamiento de los grandes centros de consumo incrementa los costes logísticos. Tenemos cooperativas sin dimensión suficiente, industrias orientadas a envasar leche líquida, no generadora de valor, y poco capaces de gestionar los incrementos de la producción, con una posición débil.

Aun así, el precio medio español es ahora mismo 4cts. superior al precio medio europeo, y en el caso de Galicia 2cts. El contexto internacional de sobreproducción sumado a la ralentización de la demanda constituyen los factores dominantes, los países exportadores están sufriendo las consecuencias.

En todo este devenir cíclico, creemos en el papel determinante de las cooperativas, su misión es generar valor al ganadero y éste se ve beneficiado doblemente, por la mejor gestión de su producción y por el retorno cooperativo. Si un consejo rector o de administración está formado por ganaderos, su interés principal es que el valor se destine al origen de la actividad, las explotaciones ganaderas. De paso que generan productos y satisfacen los distintos mercados van alimentando a la fuente más importante de la actividad, la producción láctea. El retorno cooperativo, económico y de servicios incrementa su competitividad y mejora la eficiencia general de la cooperativa. Es pues un modelo empresarial de economía social que además de hacer a los ganaderos responsables de su economía multiplica su conocimiento, seguridad de recogida y retorno de sus inversiones.

En septiembre de 2015 se firmó entre los principales agentes de la cadena, entre ellos Cooperativas Agro-alimentarias, el Acuerdo de Estabilidad y Sostenibilidad del sector lácteo. ¿Cuál ha sido el papel de las Cooperativas en el desarrollo de este acuerdo? Y por otra parte, ¿este acuerdo está teniendo resultados positivos, está sirviendo para algo o hay que modificar aún algún aspecto?

Digamos que desde Cooperativas hemos sido muy partidarios del Acuerdo de Estabilidad y Sostenibilidad del sector impulsado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Especialmente las cooperativas transformadoras, con intereses en la producción, y la industria hemos jugado un papel clave en el acercamiento de posturas y en modelar el acuerdo. El resultado es bueno y dispar a un tiempo. Bueno porque es el primer acuerdo que exige a todos una posición sostenible. Dispar porque hay actores singulares que no están dispuestos a su cumplimiento estricto, que aportaría gran estabilidad al sector, primer paso para su sostenibilidad. Aún quedan eslabones de la cadena de valor por aclarar, como los precios de transferencia industria–distribución y que el sector público haga sus deberes en tiempo y forma, controlando aquellas conductas que se alejan del cumplimento de los acuerdos y se sitúan claramente fuera de la normativa en vigor.

Como aspectos positivos destacaría la implantación generalizada de los contratos lácteos, que han dado más plazo y estabilidad a los precios al ganadero; la incorporación del sello de sostenibilidad PLS; y que la distribución ya no banaliza la leche, con precios más estables para el consumidor, aunque su retribución sea mínima, continuando así la presión de la industria sobre la producción; la transparencia de los márgenes de la distribución que conoceremos con la entrada en vigor, a partir del 20 de junio del Real Decreto de declaración de precios de cesión, podrá aportar luz a la cadena de valor. Otros aspectos positivos a destacar son la paulatina integración y fortalecimiento de alguna organización de productores, y avances en la identificación del origen de la leche.

¿Qué opinión le merecen las últimas medidas aprobadas por la Comisión Europea en julio, dirigidas principalmente a reducir la producción?

Las nuevas medidas apoyadas por la Comisión a propuesta del comisario Hogan tienen varios componentes que analizaré por separado. En primer lugar, repartir 350 millones entre todos los estados para que cada país aplique las medidas compensatorias que considere adecuadas, digamos que este no es el camino, lo que esperamos es una política agraria europea realmente común, donde todos compitamos en el mismo escenario y no se beneficie políticamente a unos o a otros. Aunque, en ese sentido, los casi 15 millones de euros para España, ligados a compromisos con la estabilidad de los mercados, son bienvenidos.

En cuanto al programa voluntario de reducción de la producción, 150 millones de euros a razón de 14 cts./litro, común a cualquier ganadero europeo, creo que hay que aprovechar la oportunidad, excedernos en una producción barata para perder dinero no garantiza ni el futuro ni siquiera el presente de las explotaciones. Hay quien reclama no hacer caso y producir más con el argumento de incrementar cuota de mercado, son los que ganan dinero con la leche barata, pero en ningún caso son los ganaderos los beneficiados.

Las otras medidas, la aplicación de las ayudas concedidas a los ganaderos para 2017 desvinculándola de mantener el número de vacas, el anticipo de ayudas comunitarias de diciembre a otoño 2016 y la extensión a fin de año de la intervención de leche desnatada y ayuda al almacenamiento privado, aún sin variar el precio de intervención, nos parecen convenientes y oportunas.
Como también nos parece interesante el estudio de una nueva herramienta de estabilización de rentas que anuncia el comisario europeo Hogan para finales de año, con la revisión del presupuesto. Es la PAC la que tiene que responder a las coyunturas, no mediante ayudas excepcionales por las crisis de mercado.

Lo que sí queda claro es que la lentitud de las decisiones europeas. Las reuniones críticas cada vez que hay bajada de precios, las ayudas excepcionales pero sistemáticas, deben dar paso a una verdadera política europea que contemple, entre otros factores, que la volatilidad no es un fenómeno especial, sino una característica más de los mercados, y que ha venido para quedarse.

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Vd. es director de Feiraco, una empresa muy comprometida con la Innovación, que participa en varios programas de I+D+i –tanto en el ámbito de la producción como de la transformación- y que ha recibido importantes premios en este sentido. ¿Qué importancia tiene la investigación y la innovación para el futuro de la producción y de la industria láctea?

La investigación, la innovación y el desarrollo de productos marcan el camino de la excelencia. Y el sector lácteo ha sido y es francamente innovador (es la categoría que mejor evolucionó en la distribución moderna, tomada como ejemplo por otras categorías de productos).
Ciencia básica y aplicada, mejora de procesos, desarrollo de productos, con la vista puesta en la salud y el bienestar de los consumidores, el placer, la utilidad, la segmentación por tipos de familia y comportamientos singulares… Para ello, la cooperación con las universidades y centros tecnológicos es imprescindible, y con la distribución, para adecuar la oferta a las demandas de los clientes, un sinfín de tareas generadoras de valor que no son el futuro, sino el presente. En ese sentido el proyecto de “leche Unicla” de Feiraco es emblemático, pues reúne en sí mismo una investigación compleja que nos lleva a las vacas y su alimentación y nos devuelve a lo más natural, lo que se había perdido en antiguos procesos innovadores en los que el producto perdía valor.

¿Cómo valora el papel de la Interprofesional del sector, INLAC, principalmente en este contexto de crisis?

Creo que tanto el Ministerio como INLAC han cooperado estrechamente en esta larga crisis. La interprofesional láctea ha sido capaz de superar anteriores debilidades y profesionalizarse, elaborar índices, criterios de referencia, impulsar el pacto para los contratos normalizados, realizar proyecciones sectoriales, estudios específicos, constituir una mesa de trabajo con la distribución, un gran avance.

El sector tiene que estructurarse por sí mismo y que dejen de predominar los intereses de la industria o la distribución que se mueve bien en entornos de leche muy barata para competir con importaciones de bajo precio, y donde la baja retribución a los ganaderos los lleva a la ruina. Así que a una interprofesional sólida y fuerte y con recursos económicos suficientes, le toca contribuir a que el sector se reestructure, consolidando la multiplicidad de los valores lácteos y todos sus derivados. No hay razón para quedarnos en el mundo del bajo precio, sobre todo cuando somos un país deficitario, donde más del 85% de la producción se destina a productos lácteos para consumo en el hogar.

Desde Inlac se están desarrollando campañas de promoción del consumo, junto con el Ministerio de Agricultura. ¿Hay margen aún para incrementar el consumo de la leche y sus derivados, máxime si tenemos en cuenta que las leches vegetales cada vez tienen mayor cuota?, ¿qué productos se muestran con mayor potencial de crecimiento?

Las campañas de promoción del consumo son imprescindibles para un sector tan representativo de la producción agraria, pero deben responder no a criterios generalistas sino especializados, teniendo en cuenta precisamente lo que usted comenta, que los consumidores pueden entender que hay productos sustitutivos, y teniendo en cuenta esto apostar por los valores lácteos – salud, bienestar, placer, utilidad, versatilidad – y volver a posicionar la leche y sus derivados, que son los que presentan mayor capacidad de crecimiento, en el top de los productos de consumo.

El cierre del mercado ruso ha causado un gran impacto en el sector lácteo europeo, acrecentando el exceso de producto en el mercado interior. ¿Es difícil encontrar otros destinos para la leche?, ¿qué se debería hacer en este sentido?

La leche tiene futuro en numerosos mercados emergentes, es cierto que el embargo a Rusia hizo daño a los países europeos próximos, suministradores habituales, pero fíjese, Alemania, que era el principal suministrador de quesos de Rusia, ya crece de nuevo en el subsector quesos. En vez de lamentarse han cambiado el modelo productivo y desarrollado nuevos productos para nuevos mercados, llevan mucho tiempo internacionalizados y escuchando a la distribución y los consumidores. Tenemos ejemplos de alguna gran cooperativa europea que más del 50% de su cuenta de resultados procede de Asia.

¿Cómo le gustaría que fuese el futuro para el sector lácteo español, mirado con un prisma más o menos realista?

Como ya le dije, la volatilidad será una de las características de los mercados, y frente a ella debemos trabajar con nuestros socios en la mejora de la eficiencia productiva y de costes, acostumbrarnos a competir con productores globales, apoyar una industria suficiente para gestionar toda la producción de manera ordenada, innovar de forma permanente y adecuarnos a los clientes y consumidores, generar estructuras adecuadas para la internacionalización. El sector lácteo español si actuamos de esta manera será brillante, habrá demanda de leche en el mundo, y la proteína láctea jugará un papel relevante en la industria alimentaria.

Y en cuanto a la economía social, debemos progresar en los modelos de integración cooperativa; también en organizaciones de productores potentes, ambas permitirán hacer frente con mayor capacidad a los excedentes y precios bajos



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