El cambio climático afectará hasta un 23% al girasol en Castilla y León en las próximas décadas

Agronews Castilla y León

31 de mayo de 2022

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‘Empieza la cuenta atrás’ es el elocuente nombre del estudio que ha presentado la organización agraria COAG este martes en Valladolid, y que advierte de las irreversibles consecuencias que puede tener el cambio climático para el campo si el aumento de las temperaturas no se mitiga.

El informe, de carácter divulgativo, ha sido realizado por Pablo Resco, técnico responsable de Riesgos Agrarios de COAG, y lo ha centrado en cuatro campos de investigación: Viñedos, cereales, herbáceos y olivares. En la presentación del estudio ha estado acompañado por Lorenzo Rivera, coordinador de COAG en Castilla y León, Miguel Padilla, secretario general nacional de la organización, y Pedro Medina, viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León.

Lorenzo Rivera ha incidido en que la región produce el 50 % de cereal de España, y ha asegurado que la cuenta atrás con el cambio climático comenzó hace tiempo. “Pedro cuantifica los daños en su estudio en un 6% cada año, unos 550 millones de euros, algo que es asumido si no fuese a más, pero la temperatura aumenta y no se hace nada. Los períodos de sequía cada vez más fuertes y la actividad humana ha hecho que el clima cambie. Un 25% de la culpa se debe al uso de combustibles fósiles”, ha comentado Rivera.

Las temperaturas han subido 1,6 grados en los últimos 50 años en España, y la última década ha sido la más complicada, con veranos más largos. En la actualidad se viven cinco semanas más de veranos que en los años 80, y el coordinador de COAG en Castilla y León ha subrayado que “los cultivos no se adaptan. Los Acuerdos de París apremian cada vez más y son necesarios, y nuestro compromiso como agricultores es máximo. La situación es especialmente complicada con la pandemia y la guerra, y también especulación con las energías”, ha añadido.

Rivera ha querido reflexionar también acerca de los seguros agrarios, y cree que ganarán importancia en este contexto, pero ha mostrado preocupación por si se elevan las primas y se hacen inviables para muchos profesionales.

Además, Rivera ha indicado que “los países más contaminantes deberían asumir su parte, China, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea… La utilización de purines para producción de biogás, y los residuos forestales pueden ser una solución para generar energía limpia”.

Por su parte, Miguel Padilla ha aprovechado la visita a Valladolid para recalcar la relevancia de la agroalimentación en la lucha contra la contaminación. “Somos los primeros interesados en hacer el esfuerzo, se puede poner en peligro la soberanía alimentaria. Las explotación pequeñas y medianas empresas serán las más afectadas, y en los últimos 30 años hemos perdido 25.000 millones en siniestros”.

Padilla ha explicado con una metáfora el efecto del cambio climático: “Un grado y medio más parece que no es tanto, pero es como si me pasa a mí en mi cuerpo, que me afecta muchísimo. Nuestro sector tiene una participación negativa en el cambio climático, un 13%, y COAG quiere reducirlo de la manera más lógica”.

Aun así, el secretario nacional ha pedido soluciones políticas para no complicar la vida a los profesionales agrícolas europeos en comparación con los de fuera de la UE. “El Pacto Verde entre en 2023, y los requisitos que conlleva va a provocar una disminución de alrededor del 10% de la producción. Hay que poner soluciones de mercado. Además, hay contradicciones, por mucho que se hagan restricciones en Europa es necesario que se haga de forma global. No tiene sentido que puedan venir productos de lugares que no cumplen los requisitos que se exigen aquí”.

Acercar los datos a la sociedad

El doctor Pedro Resco ha remarcado que su estudio de divulgación pretende acercar a la sociedad todos los datos científicos que existen para que se entienda el riesgo real del cambio climático.

“Si no se actúa ya los daños van a ser mayores” ha advertido. “Más de un 95% del cambio climático ha sido ocasionado por el hombre, y más de dos terceras partes por el CO2. El objetivo que solo se suba grado y medio en todo el siglo XXI, pero es posible que se alcance ya en la década de los 30 si no se cambia el modelo de producir. Si no emprendemos acciones de mitigación respecto a gases de efecto invernadero, en 2050 estaremos en los dos grados, y en 2100 sobre los 3”, ha subrayado.

El autor del informe asegura que la zona mediterránea, por sus características respecto al suelo, puede sufrir un impacto mayor y un déficit de humedad. El estudio predice que las olas de calor en España van a aumentar en frecuencia, y que el efecto económico puede llegar hasta el 7% del PIB respecto al crecimiento potencial en condiciones normales.

Además, aumentarán las volatilidades, el estrés térmico, los daños en plagas, y los riesgos de incendios. No obstante, lo más interesante del estudio es que el cambio climático repercutirá en un 10 % de rendimiento respecto al trigo en Castilla y León si la temperatura sube 2 grados más, mientras que en el girasol las pérdidas serían del 23 %. Todo esto ya para la década de los años 30 del siglo XXI. Por su parte, Resco ha indicado que si se aumenten esos 2 grados las reservas hídricas podrían reducirse hasta un 11%.

El estudio, de carácter interactivo, se puede consultar en el siguiente enlace.

Por último, el viceconsejero Pedro Medina ha señalado la importancia del papel de la ciencia para paliar los efectos de las numerosas crisis que existen en el campo y en la sociedad ahora mismo.

“Hay que utilizar tecnología y la ciencia para ser más eficientes. Me preocupan más las decisiones políticas que el clima. Se tienen que hacer políticas desde la ciencia, no desde las ideologías”, ha remarcado Medina, que ha criticado al Ministerio de Transición Ecológica: “no quiere aumentar la capacidad de los embalses, lo que podría ser una solución ante la falta de agua”.



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