Un buen año en ventas, así se podría definir la conclusión de la feria del ajo que se ha celebrado en la capital zamorana durante las ferias de San Pedro. Un total de 85 ajeros han estado presentes en esta edición y han vendido más de 500.000 kilos de ajos durante ella. Pese a las malas perspectivas climatológicas que estuvieron presentes durante todo el certamen los compradores no dejaron de acudir, como es tradición, a adquirir sus ajos para todo el año.
La tradicional avenida de las Tres Cruces de la capital ha sido un hervidero de público durante los dos días que ha permanecido la feria. La procedencia de los ajeros era fundamentalmente de la provincia de Zamora y dentro de ella de las zonas de La Guareña, Toro y Tierra del Vino que son los lugares donde más ajos se siembran además había un ajero de Aceuchal (Badajoz) y otro de Palencia.
Precisamente, uno de los productores más jóvenes que ha acudido a la feria del Ajo ha sido Raúl Manzanera de la localidad de Villabuena del Puente. Este joven, de 23 años, acudió a ella “por primera vez porque me gusta plantar ajos y he querido mantener la tradición”. Estaba “profundamente” contento porque “hemos vendido todo, el segundo día a media mañana ya tenía todo vendido, volveré el año que viene porque esto ha estado muy bien”, señalaba.
Lo curioso de este joven es que tanto su padre como su hermano no querían “poner ajos este año, querían dejarlo porque da mucho trabajo y mi hermano dijo que el lo hacía y que quería venir a la feria”, señala el hermano de Raúl.
Rotundo éxito de la feria del ajo de Zamora
Gema Calvo de la Bóveda de Toro acudió a la feria porque “hacía 18 años que no venía a San Pedro, he tenido a mis hijos, que eran pequeños, y no he podido venir pero ahora han sido ellos los que han querido asistir y venir”.
Esta productora llevó a la feria del ajo unas 200 ristras que también las vendió todas el segundo día de San Pedro “solemos venderlos desde casa, porque nos los vienen a adquirir los fruteros y hosteleros de la provincia y se los llevan pero este año hemos querido traer unos pocos y nos vamos muy contentos porque los hemos vendido prácticamente todo”.
Gema, que es productora de ajos, asegura que es “cultivo que lleva mucho esfuerzo a la hora de recogerlos y trenzarlos para traerlos a la feria pero siempre contamos con ayuda de familiares para hacerlo porque sino sería imposible”.
Este año ha sido bueno para el cultivo “hemos tenido un producto adecuado y nos ha salido muy bien porque el tiempo nos ha permitido que el producto creciera de forma adecuado por eso hemos traído unos ajos muy buenos este año”.
En cuanto a los precios, ha dependido del tamaño del ajo, la mayoría se han vendido entre los 8, 10 y 12 euros. Aunque los más pequeños se comercializaron sobre los 5 ó 6 euros. La mayoría de los ajeros, prácticamente todos, no dudan en señalar que “el cultivo del ajo si es rentable, al final merece la pena venderlos en la feria porque sale muy bien”.
Por otra parte, el director de Caja Rural de Zamora Cipriano García, entidad que colabora en esta feria “de forma muy activa” ha dicho sobre ella que “nuestra predisposición para colaborar o mejorar en los aspectos que se les ocurra a los organizadores o los ajeros o administraciones estaremos con ellos para ayudar y para que continúe siendo rentable a los participantes”.
