Los cultivadores señala que Europa necesita una PAC que apoye de verdad las leguminosas para consumo humano.
El Día Mundial de las Legumbres se convierte en un momento clave para reflexionar sobre la importancia de estos cultivos tanto para la salud humana como para la del planeta. En este contexto, la Asociación de Legumbristas de España (ALE) eleva una petición clara: una Política Agrícola Común (PAC) que respalde con determinación las leguminosas destinadas al consumo humano. Este llamado se produce en un momento en el que el cambio climático y la necesidad de sistemas alimentarios sostenibles nunca han sido tan apremiantes.
La PAC actual y su impacto en el cultivo de leguminosas
Desde la entrada en vigor de la nueva PAC el 1 de enero de 2023, se ha observado un impulso significativo en el cultivo de leguminosas. La política ha reconocido su valor para la salud de los suelos agrícolas, traduciéndose en un apoyo económico tangible y su inclusión en diversos ecorregímenes. Datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación indican incrementos notables en la siembra de alubias, lentejas y garbanzos. Sin embargo, desde la perspectiva de los productores, persisten desafíos, particularmente en lo que respecta a los requisitos para mezclar leguminosas con otras semillas, una práctica destinada a fomentar la biodiversidad pero que no siempre resulta conveniente o práctica para ellos.
Retos en la producción y demanda de legumbres para consumo humano
La distinción entre legumbres destinadas al consumo humano y aquellas para alimentación animal es un tema de considerable debate. La ALE argumenta que la producción de legumbres para consumo humano debería incentivarse específicamente, dado que su cultivo y recolección exigen más esfuerzo y recursos. La falta de incentivos adecuados lleva a los agricultores a preferir las variedades destinadas al sector ganadero, dejando un vacío en el mercado de consumo humano.
Consumo de legumbres: Tendencias y recomendaciones de la OMS
La Organización Mundial de la Salud recomienda incorporar legumbres en la dieta varias veces a la semana, apuntando a un consumo ideal de seis a siete kilos por persona al año. Aunque la tendencia en el consumo está mejorando, el cambio es lento. La innovación en productos derivados de legumbres, como harinas y proteínas vegetales, presenta una oportunidad para diversificar y enriquecer la dieta, promoviendo al mismo tiempo prácticas agrícolas sostenibles.
Importación de legumbres y el déficit productivo de España
La dependencia de España de las legumbres importadas, especialmente de América del Norte, resalta un déficit productivo que afecta la autonomía alimentaria del país. Esta situación subraya la necesidad de una PAC más enfocada en promover el cultivo local de leguminosas, potenciando la investigación y el desarrollo de variedades adaptadas a las condiciones europeas.
Hacia una PAC más inclusiva y sostenible
La demanda de la ALE por una PAC que apoye genuinamente las leguminosas para consumo humano no solo responde a una necesidad de equidad en la producción agrícola, sino que también se alinea con los objetivos globales de sostenibilidad y nutrición saludable. Promover el cultivo y consumo de legumbres en Europa es fundamental para avanzar hacia sistemas alimentarios más resilientes, capaces de enfrentar los desafíos del cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria de las generaciones futuras.
